Intención de la vida

 

 

En vista de los numerosos fenómenos extraordinarios que acontecieron en torna a Teresa Neumann, cabe preguntarse, cual es el mensaje que de Konnersreuth se desprende para el mundo, para cada uno de nosotros.

 

Estos fenómenos no pueden ser significativos para los creyentes en el sentido de que su fe puede fundamentarse únicamente sobre este caso especial. La fe puede basarse sólo sobre la palabra de Dios, su gracia y la enseñanza de la Iglesia. Sin embargo estos acontecimientos aparecen como un júbilo de victoria de la fe, pues confirman la Biblia, sobre todo el Nuevo Testamento, y la enseñanza de la Iglesia en su verdad.

 

 

Confirmación de la Buena Nueva

 

Las visiones y el fenómeno de las lenguas corresponden en su contenido y en parte incluso en su texto exactamente al texto del Evangelio. Junto a esta congruencia confirmativa radica su novedad en la información en el lenguaje original y en las imágenes del suceso original. Muchas personas se sienten invitadas a buscar una comprensión del texto por una interpretación individual. El mensaje de Konnersreuth, por el contrario, es que las palabras de la Biblia no surgieron de un lenguaje legendario, sino que repiten el suceso de hace 2000 años fielmente.

 

 

 

 

Veneración de la Sagrada Comunión

 

La necesidad existencial de recibir diariamente la Sagrada Comunión testimonia y atestigua la enseñanza de la Iglesia Católica, de que la Sagrada Comunión es no solamente un signo, sino la presencia real de Dios en el pan consagrado. La veneración de la Eucaristía, como Teresa Neumann nos ha mostrado, permanece una exhortación para entender la Sagrada Comunión como un encuentro real con Dios

 

 

 

Complimiento de la voluntad de Dios

 

La disposición de Teresa de aceptar y cumplir la voluntad de Dios sin condiciones y sin poner por delante intereses propios, da testimonio de una vida santa. Una persona que al principio estaba sana, fuerte, patente y emprendedora, que por duros golpes del destino se convierte durante tiempo en una inválida, está dispuesta, conforme a la pregunta de Teresa de Lisieux, a aceptar con alegría el plan de Dios sobre su vida, aun si El exige de ella padecer más. Así como María acepta la voluntad de Dios el sentido del “fiat” (“Que me suceda conforme a tu palabra”).

 

 

 

 

Sentido del padecer

 

El informe siguiente de la visión después de la curación de 1925, en la que Teresa de Lisieux habla a Teresa, explica el sentido del padecer: “Tu entrega completa y algería de padecer nos alegra ... Tú vas a padecer todavía mucho y con ello vas a poder cooperar a la salvación de las almas.” (Gerlich, pág. 98). Queda completamente claro la voluntad de Dios de que Teresa tenía que padecer para la expiación del mundo. En cuanto que ella experimentaba y sentía el padecer de Cristo no sólo per contemplación sino en el marco de las visiones y de la estigmatización por participación personal, estaba especialmente próxima a El por la participación en el sufrimiento del Crucificado.

 

Pero no sólo que ella participa en el padecimiento de Cristo. Ella presenta en oración las enfermedades de otras personas que se le confiaban y ruega por la curación de ellas – incluso sabiendo que en la mayor parte este sufrimiento específico de las otras personas al menos por algún tiempo lo tendría que soportar en su cuerpo. Con este padecimiento expiatorio realiza el seguimiento de Cristo, en cuanto coopera a la obra de su salvación.

 

En nuestro tiempo se consideran enfermedad y dolor como un mal sin sentido. Vale el esforzarse por la felicidad proveniente de la salud, el éxito y el reconocimiento. Antes ó después alcanza a cada uno el dolor – y Konnesreuth enseña que depende de la actitud espiritual de cada uno, si él puede dar sentido al dolor. Konnersreuth no es ciertamente una proclama para el fatalismo ó la indiferencia pero nos amonesta a pedir ayuda a Dios con la oración y sobre todo el ofrecer el sufrimiento a Dios.

 

 

Señal de un poder superior

 

Finalmente mencionemos un mensaje, que le fue confiado a Teresa en una visión: “Para que el mundo conozca que hay una intervención de más alto, no tienes que ser descuartizada.” (Naber, pág. 9) Y otra vez: “Esto sucedió para mostrar al mundo, que hay un poder de más arriba.” (Gerlich, pág. 120) Las fuerzas del más allá no están muertas, tampoco en un mundo como el nuestro regido por la racional y científico. Dios se manifiesta entre otras cosas en el ejemplo de Teresa Neumann, incluso en nuestro tiempo.

 

 

 

Teresa Neumann no es la hija menor, enferma de un sastre sino un convincente y humilde instrumento, símbolo de un acontecer indescriptible, que a todos nos atañe.